“¿Quieres saber cuánto vale tu coche?”, preguntó un niño de cinco años a su padre cuando volvían del colegio en el automóvil. La frase es de un anuncio muy común en Youtube que protagoniza un periodista del motor. El pequeño había visto el anuncio antes de un vídeo de la plataforma en clase. El padre comparte la anécdota con EL PAÍS sin más detalles para evitar problemas en su centro, pero días antes había habido una pequeña “guerra civil” en una reunión entre profesores y padres sobre el uso de Youtube. “El uso de pantallas en el cole es un parche usual”, dice otro padre que estuvo en esa reunión. “En los días de lluvia les ponen dibujos sin supervisión y el cole no es para eso”, añade. Otros padres, en cambio, no creían que ver unos dibujos en línea fuera un problema.Youtube es la mayor plataforma de vídeo del mundo y la segunda página de internet más visitada. En los colegios españoles es un recurso más usado de lo que parece, más aún en semanas de lluvias como las vividas recientemente, pero los profesores no son siempre conscientes de cómo evitar sus riesgos. En la plataforma hay millones de canales muy distintos, incluso entre los infantiles, que se reproducen automáticamente si no lo impides, y la publicidad que aparece depende de varios factores. Saber de antemano cómo evitar estos problemas es crucial.“Sé de centros donde por rutina los niños se toman el desayuno en clase con un vídeo de dibujos, lo que escapa a mi comprensión”, dice Clara Marín, profesora y madre en Murcia. “Lo de la lluvia también lo he escuchado. Los colegios no están preparados”, añade. Cada profesor o monitor opta por la mejor solución que tiene a mano, y Youtube es la más sencilla: es accesible, es gratis y tiene de todo.Pantallas y riesgos“Hay dos problemas con Youtube”, dice Oana Goga, directora de Investigación en el Instituto Nacional de Investigación en Ciencias y Tecnologías Digitales (Francia) y experta en amenazas digitales. “Uno es mirar Youtube como niños y la otra los peligros de los anuncios y la propia plataforma. Son dos riesgos distintos”, añade.El primer caso es puro tiempo de pantalla, dice Goga. “No está recomendado para niños de menos de seis años estar más de 20 minutos delante de una pantalla, aunque yo no soy experta en eso”, explica. El segundo problema tiene más relación con la publicidad y el contenido. “Un motivo por el que los anuncios pueden hacer daño a los niños es que sus capacidades cognitivas aún no están del todo desarrolladas. Antes de los tres años, no pueden distinguir un anuncio de un programa, así que no activan las defensas mentales que sí tenemos los adultos cuando vemos publicidad”, explica Goga.Uno de los padres consultados recuerda cómo su hijo descubrió qué era un anuncio en la tele de un hotel durante un viaje: “Nuestra generación veía la tele y estaba acostumbrada a los anuncios. Pero la primera vez que mi hijo estuvo expuesto a anuncios fue en un viaje y me preguntaba qué eran esos anuncios de juguetes, chucherías”.“Hay dos umbrales”, dice Goga. “Los pequeños no pueden distinguir los anuncios y luego les es difícil ver la intención comercial. No entienden que un vendedor quiera vender y diga que su juguete es el mejor”. Por eso la televisión convencional tiene tanta regulación. En Youtube, los anunciantes no pueden poner anuncios a los niños mediante segmentación personificada. Pero hay otras vías. “No está prohibida la publicidad contextual, donde no apuntas al usuario concreto, sino a un contenido particular que ese usuario consumirá. Es posible hacer una lista de dibujos populares en España y pedir a Youtube que ponga tus anuncios solo ahí”, añade Goga.Para la experta, este segundo tipo de anuncios es el más delicado: los que se ponen en dibujos animados porque saben que serán consumidos por niños. “No hay revisión de esos anuncios. Pueden anunciar algo terrible, que dé miedo, y no hay transparencia, no sabemos como sociedad qué anuncios ven los niños”, lamenta.Quién pone el anuncioHay profesores que ponen los dibujos desde su cuenta de Google: si han estado mirando muebles o coches, la publicidad tendrá relación con eso y los niños la verán. Ahí puede aparecer cualquier cosa y la mejor opción es que el adulto responsable esté ahí para cortarlo o pasar rápido.Pero no ocurre siempre. “Los niños son un objetivo muy jugoso para los anunciantes”, dice la profesora Clara Marín. “Yo pongo primero el vídeo en mi ordenador para ver si hay un anuncio, para que no lo vean. Yo no estoy logueada con mi cuenta, pero igual lo está la profe anterior, pero el anuncio no lo pongo nunca. Solo comparto la pantalla cuando empieza el vídeo que quiero que vean, que además he visto la noche antes”.No todos los profesores tienen el mismo cuidado. También los centros pueden tener encargados de informática que paguen cuentas corporativas de Youtube o se suscriban a contenidos que específicamente han pensado que son útiles para los más pequeños. “Es importante tener cuentas corporativas de Youtube, no personales”, dice Usmel González, maestro de Infantil y Primaria que ejerce ahora de profesor de historia en Secundaria en un colegio asturiano. “Así todo lo que buscas a nivel personal no sale. Y el contenido siempre es educativo. Pueden añadirse además varias capas que no dejan pasar nada que no sea contenido blanco”, señala.Hay en el fondo un problema de conocimiento digital, cree González. “Los cursos de competencia digital para los profesores se han hecho rápido, para tapar huecos, y no se ha hecho bien. Consigues un título que te da una competencia digital que en realidad no es útil. Hay muchos profesores que, con buena intención, no tienen la formación suficiente como para usar Youtube con los críos. Falta mucha formación”, añade.Todo esto no significa que con contenidos bien escogidos y acompañados mientras ven los vídeos, tengan un sentido educativo para los escolares. “Puede estar muy bien cuando hay un apoyo del profesor que va guiando o comentando el vídeo. La pantalla no es mala en sí, es su uso”, dice González.Hay una confusión notable entre las competencias digitales que puede requerir el currículo y la jungla en la que se ha convertido hoy internet. Los profesores, sin una formación específica, navegan y a menudo buscan la solución más fácil. “A los niños de infantil no necesitas ponerle un vídeo del pollo Pepe para aprender los números”, explica Marín. “Cuando algunas madres se quejan, hay profesoras que les dicen que eso es lo que gusta a los niños. Pero no es un criterio. Aunque los profesores están saturados, hay que saber que desarrollar la competencia digital no es poner un vídeo de Youtube”, añade.

Los riesgos del mal uso de Youtube en las aulas alertan a padres y expertos: “El cole no es para ver dibujos” | Tecnología
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