El letrado de Abogados Cristianos, José María Fernández Abril, en los juzgados de Barcelona.massimiliano minocriA Noelia no le basta con haber ganado la primera batalla judicial para ver cumplido su deseo de recibir la eutanasia. La joven parapléjica de 24 años, cuyo padre se opone a que reciba la prestación de ayuda a morir, va a tener que esperar hasta que el Tribunal Superior de Justicia de Barcelona (TSJC) dicte una sentencia firme. Así lo ha ratificado el juzgado de Barcelona que dio la razón a Noelia en respuesta a una pregunta de la Generalitat sobre si las medidas cautelares impuestas por la jueza seguían vigentes. La titular del juzgado de lo contencioso-administrativo número 12 de Barcelona, Irene Urbón, ha recordado que debe mantenerse la suspensión de la eutanasia “hasta que recaiga sentencia firme que ponga fin al procedimiento”. La medida cautelar se había dictado, a petición de la asociación ultracatólica Abogados Cristianos ―que representa los intereses del padre― en agosto de 2024.El abogado de la Generalitat, que defiende la decisión de la Comisión de Garantía y Evaluación de Cataluña ―el organismo avaló la eutanasia a Noelia― considera que, en un procedimiento por derechos fundamentales como este, las medidas cautelares decaen una vez que se dicta sentencia. De ahí que inquiriera al juzgado para que “confirme de forma expresa que en el presente momento no se han solicitado nuevas medidas” e informar de ello a la Comisión.La aclaración del juzgado ―que la suspensión sigue en vigor― ha sido celebrada por Abogados Cristianos, que ha criticado la actuación de la administración. “Es escalofriante la insistencia de la Generalitat por acabar con la vida de una chica con enfermedad mental. Debería garantizar un tratamiento eficaz a Noelia, en vez de abocarla a morir”, según ha manifestado, en un comunicado, la presidenta, Polonia Castellanos.La sentencia dictada por la jueza Urbón el pasado mes de marzo, en la que desestimó la demanda de la entidad para impedir la eutanasia, concluye que Noelia cumple los requisitos fijados en la ley de eutanasia; en particular, que padece un sufrimiento “grave, crónico e imposibilitante”. Ella misma lo expresó en su declaración en el juicio: “Todos los días son horribles y dolorosos”. La joven, insiste la sentencia, tiene plenas facultades mentales para decidir sobre su vida y el padre, según la sentencia, no está legitimado para actuar en su nombre. Noelia quedó parapléjica tras un intento de suicido en octubre de 2022. Su padecimiento le llevó a solicitar la eutanasia, que fue acordada por la CGAC ―el órgano independiente que vela por la correcta aplicación de la ley― en julio de 2024. A través de Abogados Cristianos, el padre recurrió ante los tribunales y logró que el juzgado paralizase la aplicación de la eutanasia y ordenase la celebración de un juicio. Tras la sentencia de marzo, la entidad anunció que recurriría ante la sala de lo contencioso-administrativo del TSJC, que tendrá la última palabra.

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