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Las audiencias públicas que adelanta la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en el departamento de Antioquia han revelado detalles inéditos sobre la magnitud y la sistematicidad de las ejecuciones extrajudiciales, conocidas como ‘falsos positivos’.Las diligencias de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad del Subcaso Antioquia, se enmarcan en el Caso 03, con comparecientes que pertenecieron a la IV Brigada del Ejército Nacional y en elas cerca de 40 exintegrantes de la institución castrense han comenzado a aceptar su responsabilidad en más de 500 asesinatos y desapariciones forzadas, exponiendo relatos que han conmocionado a los asistentes por su crudeza.Entre los testimonios más impactantes se encuentra el de Juan Carlos Quiroz, quien se desempeñó como segundo comandante entre los años 2001 y 2004. El exmilitar confesó la existencia de un inmueble ubicado entre los municipios de Granada y El Santuario, el cual funcionaba como un centro de paso para preparar a las víctimas antes de ser ejecutadas.Magistrados en la audienca en Antioquia. Foto:JEP.Según lo narrado por Quiroz ante el tribunal de paz, el modus operandi iniciaba en Medellín, donde los uniformados identificaban a habitantes de calle o personas en condiciones de vulnerabilidad. Bajo engaños y falsas promesas de empleo, estas personas eran trasladadas a la mencionada vivienda.“En esta casa llevaban a aquellas personas que iban a ser asesinadas, a las que recogían en Medellín por las zonas más vulnerables. Los recogían con falsas ofertas de trabajo. Allá los tenían cuatro, cinco días”, señaló Quiroz durante la audiencia.JEP Foto:CortesíaLos uniformaban y entrenaban antes de matarlosEl relato del excomandante detalló una logística macabra: una vez secuestradas, las víctimas recibían alimentación, cambio de ropa e incluso instrucción básica en el manejo de armas. El objetivo de este “entrenamiento” exprés era facilitar el montaje posterior en zonas rurales del Oriente antioqueño, donde se simulaban operaciones militares, se asesinaba a los civiles y se les presentaba como bajas en combate con armamento en su poder.“Los peluquiaban, les daban de comer, les cambiaban la ropa y, lo más triste, les enseñaban a disparar. El BAJES llegó a un punto que, cuando estaban esas personas allá, después de 5 días, los sacaban a un área rural (Granada, Cocorná o San Carlos) donde los comandantes de batería realizaban falsas operaciones y asesinaban a la persona. Ya tenían el arma, a la gente que iba a declarar al juez penal militar. Era un engranaje. Todos sabían lo que tenían que hacer”, confesó Quiróz.Las confesiones no se limitaron a la logística criminal, sino que tocaron fibras personales dentro de las propias familias de los militares. Otro de los comparecientes entregó un testimonio en el que admitió haber asesinado a su propio primo debido a la presión ejercida por sus superiores para mostrar resultados operacionales.“Fueron ejecutados cruelmente. Reconozco el profundo daño que ocasioné a mi familia directa: el nieto de mi tía, mi propio primo. No solo costó la vida de dos jóvenes, sino que destruyó los lazos de confianza y sangre en mi propia familia”, declaró el exuniformado ante la sala.Diligencia de ‘falsos positivos’ en Antioquia. Foto:JEP.Responsabilidad de altos mandos y cifras del conflictoLas audiencias también han servido para elevar acusaciones contra altos oficiales, como el general Luis Miguel Huertas. Los comparecientes lo señalaron de inducir presuntamente la comisión de estas ejecuciones extrajudiciales. Huertas ha sido mencionado recientemente en otros escándalos relacionados con acercamientos entre el Gobierno y disidencias.Los hechos que investiga la JEP abarcan el periodo comprendido entre 2002 y 2007, atribuidos a seis batallones adscritos a la Cuarta Brigada. Las investigaciones han documentado al menos 589 asesinatos, 41 casos de tortura y 228 desapariciones forzadas que tuvieron lugar en diversas subregiones de Antioquia, entre las que se encuentran el Valle de Aburrá, el Occidente, el Suroeste, el Nordeste, el Norte y el Oriente antioqueño.*Artículo desarrollado con apoyo de IA y revisado por un periodista.Redacción Justicia
