Ambulante – Gira de documentales, el festival itinerante de cine de este género más antiguo de México, cumple 20 años. La iniciativa nace de la cabeza y pasión de dos amigos en el Festival de Cine de Morelia en 2005. Los dos compadres cinéfilos eran Gael García Bernal y Diego Luna, quienes tras haber visto el documental Trópico de Cáncer, de Eugenio Polgovsky, que retrata la vida de una familia que vende animales y plantas en una carretera en el desierto en la frontera entre San Luis Potosí e Hidalgo, quedaron encantados.Al finalizar la proyección, consideraron que la producción era vital y se cuestionaron, ¿por qué este documental no se puede ver allí también [en su lugar de origen]? La pregunta provino de cómo hacer cine afectaba a las comunidades locales, cómo generaba una excitación el participar en una película, pero también cómo una vez que el filme existía, este solo se exhibía en un festival en el extranjero, “si acaso” en la Cineteca Nacional o había que salir a las grandes ciudades para verlo.Entonces, García Bernal dijo, ¿por qué no hacer una gira de rock, con bandas y cine documental? Así nació Ambulante, iniciativa que en su vigésima edición se va de gira tres meses por cinco ciudades, llevando más de 129 títulos provenientes de más de 47 países en 28 idiomas, de los cuales ocho son lenguas indígenas y 35 estrenos nacionales.“Al principio la idea sonaba increíblemente loca y poca gente conectaba con ese romanticismo que estábamos hablando. La idea era hacer esto y que sobreviviera, no que fuera un esfuerzo pura y simplemente anecdótico, temporal”, afirma García Bernal, acompañado por Itzel Martínez —directora de Ambulante—, desde las oficinas de su productora La Corriente del Golfo, en Ciudad de México.Martínez, que forma parte de Ambulante desde hace nueve años y que funge como su cabeza operativa desde hace tres, explica que lo que empezó con una visión o corazonada de unos cuantos, ahora le pertenece a una comunidad y es parte de la riqueza y el acceso cultural de muchos otros territorios. “La gente se lo apropia, no nada más el público, los cineastas, también los exhibidores de cada región. Se ha hecho escuela en términos de la metodología común, que se multiplica, de gente que ha pasado por Ambulante y que ahora tiene sus festivales, ahora tienen esos espacios de exhibición, o son productores o directores. Es una comunidad que se multiplica”, complementa Martínez.El 20 aniversario de Ambulante, que inició con la proyección de Mi mundo robado —que narra la historia de Farah, una mujer iraní obligada a migrar a su mundo privado para ser libre—, se compone de 11 secciones que incluyen obras cinematográficas internacionales, mexicanas, para el público infantil y un programa retrospectivo con películas que han formado parte significativa de la historia del festival , “que nos recuerda la potencia del documental, un cine que aborda la mutabilidad del mundo y el anhelo de tocar tierra firme”, según explican los organizadores.Gael García junto al cartel del 20 aniversario de Ambulante.Emiliano MolinaGarcía Bernal ha visto cómo el documental ha ido evolucionando en estas dos décadas, junto con la coyuntura, con su público y cómo ha trascendido con repercusiones sobre los temas que aborda. Ve también en estos 20 años a un público “más pilas”, más enterado y que sabe navegar entre el caos noticioso del día a día.Tres sexenios, una pandemia y el auge del ‘streaming’“En México el campo del documental sigue siendo tan fértil para muchas cosas. Es increíble cómo ciertos documentales, muy buenos, han tenido un quiebre, cómo han detonado muchísimas cosas que han acompañado en algunos casos, en señalar la justicia y la injusticia. Han sido como acompañantes de esos temas, y eso es algo que sigue sucediendo, que ojalá permee mucho más. El documental es una herramienta fantástica para desenmascarar el discurso único, la fachada, la verdad histórica. Los documentales de alguna manera traen lógica a la locura y a la prisa en la que estamos viviendo”, dice García Bernal.Aún cuando pueden estar orgullosos por la consolidación de un espacio durante todos estos años, no es menos decir que Ambulante ha sorteado a más de tres sexenios —algunos que sí lo apoyaron, otros que no—, sobrevivió a la pandemia por la covid-19, “que le pegó durísimo a los festivales de todo el mundo”, aclara García Bernal, y también sobrellevó cómo el cine se ha ido absorbiendo en el auge de las plataformas digitales.“Muchas personas han intentado replicar este modelo y han tratado de llevarlo a otros países. Y no se puede, en otros lugares es más difícil. Eso habla bien de México y de la necesidad que tenemos de contar ciertas historias que desenmascaren la realidad que en algunos casos ha sido impuesta”, reflexiona el también protagonista de Y tu mamá también. Pero, ¿qué hace falta para promocionar e impulsar aún más la industria del documental? “Desde los apoyos institucionales y gubernamentales definitivamente. La apuesta privada. Una profecionalización de las personas que hacen documental. Esforzarse más para que la parte de la producción sea parte de la exhibición, del acompañamiento, que el público asista. Son muchos factores”, afirma el cocreador del Ambulante.Martínez secunda a García Bernal e insiste en que se trata de una conversación que tiene que ser sostenida entre muchos amantes del cine. Que permite identificar qué falta, que no sea solo depender de la inversión de los dueños de las plataformas digitales: “Se trata de encontrar de qué otras maneras puede verse el documental. Ver que le den la oportunidad de encontrarse con el público y pensar en una apuesta para las pantallas, no nada más en festivales, sino en espacios de distribución bastante más amplios. Que le den la oportunidad también de estar en cartelera podría ser un desafío a explorar”.

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