Jorge Garbajosa (Madrid, este viernes cumple 48 años) aprovecha un viaje en coche hasta Málaga para charlar por teléfono con EL PAÍS. Es uno de los pocos huecos que tiene libre en su agenda como presidente de FIBA Europa, sobre todo ahora que tiene entre manos la futura llegada de la NBA al continente. Octubre de 2027 es la fecha señalada para el inicio de una competición de 16 equipos (12 franquicias fijas) que redibuja el presente y el futuro de la canasta. La falta de un acuerdo con la Euroliga para unir fuerzas sitúa al baloncesto en un momento decisivo de su historia. Los puentes parecen haber saltado por los aires y lo que antes eran esperanzas de un acuerdo para unir fuerzas hoy son tambores de guerra. Garbajosa explicó la semana pasada esta situación en la Comisión Europea.Pregunta. ¿Qué se ha encontrado en dos años y medio como presidente de FIBA Europa?Respuesta. Una organización muy estructurada y saneada, y con los procesos muy claros. Es muy diferente a una federación nacional. Necesité cuatro o cinco meses para adaptarme. Ahora estoy muy bien y me he recorrido Europa entera a falta de dos o tres países que voy a visitar en enero y febrero. El año pasado la mitad de los días dormí fuera de casa y este voy a batir récords. Tengo que hacerle una foto al número de mi habitación de hotel o me lo escribo en la mano porque muchas veces llego por la noche y no me acuerdo. Alemania, Polonia, Italia, Grecia, Turquía… son parte de mi día a día. Europa es muy diversa. Hay federaciones muy pequeñas que hacen un esfuerzo enorme por mantener el baloncesto vivo y otras súper profesionalizadas. Puse en marcha el programa Alley-Oop para ayudar económicamente a esas federaciones menores. El 70% de nuestro presupuesto va para las federaciones. Hay retos pequeñitos y otros enormes como el de NBA Europa. Estoy muy entretenido.P. ¿Cuál es el estado de salud del baloncesto europeo?R. Está en plena transición hacia algo muy brillante. Si hablamos de la llegada de la NBA a Europa y de una readaptación de las competiciones de clubes, estamos en un periodo de estudio y de toma de decisiones que va a impactar en el baloncesto europeo y mundial en los próximos 25 años. P. ¿Por qué es bueno para el baloncesto europeo el desembarco de la NBA?R. Por muchísimos motivos. Financieros, competitivos y de salud de los jugadores. No entiendo cuando un entrenador dice que hay muchos partidos y esa ampliación la ha aprobado su club. La NBA tendrá 12 franquicias más cuatro que vienen de la BCL [Basketball Champions League] y de las Ligas nacionales. Es ya un calendario que pasa de una competición de 20 equipos a una de 16. ¿Muchos partidos para quién? Solo un 0,9% de los jugadores en Europa llegan a los 90 encuentros por temporada, y son los de la competición que se está expandiendo constantemente. Los de Unicaja, Tenerife, Murcia… juegan 50 partidos. ¿De qué estamos hablando, señores? Por otra parte, a los clubes les cuesta mucho cuadrar las cuentas y la NBA es la organización deportiva en el mundo con más capacidad para generar negocio. ¿Por qué eso es negativo? Vamos a crear mejores salarios, más entretenimiento, y que esos beneficios se inviertan en el desarrollo de los jóvenes. La Euroliga es una gran competición, pero algo se está haciendo mal cuando los clubes sufren tanto económicamente y ese ecosistema tiene un 60% de pérdidas. Eso no es sostenible. La NBA viene a solucionar ese problema. Es una oportunidad histórica para relanzar el baloncesto europeo al futuro.P. ¿Es una lucha de mercado?R. Es la ley del mercado libre. En el año 2000 no se podía permitir el monopolio de FIBA y nació la Euroliga. Correcto, son las normas de la Unión Europea. Pues ya está, ahora compitamos. No sé cuántas veces nos hemos reunido para buscar soluciones. Yo lo he intentado. FIBA Europa está para aunar. Si podemos ir de la mano, fantástico. Si no, compitamos.P. En una reciente entrevista en este periódico, el director general de la Euroliga, Paulius Motiejunas, se mostraba pesimista respecto a alcanzar un acuerdo para unificar las dos grandes competiciones. ¿Y usted?R. Siempre intento llegar a acuerdos y lo voy a intentar hasta la extenuación. ¿Eso significa que soy optimista? No tanto como hace año y medio. Yo entonces era el puro optimismo. Después de todo este tiempo sin avanzar…P. ¿Una división entre NBA y Euroliga, con los clubes divididos en dos torneos potentes, no es el peor escenario para el deporte y para el espectador?R. Lo bueno es que cualquier equipo en Europa puede ser parte de la NBA Europa. Se respira un gran optimismo acerca de esta competición. Las Ligas nacionales son el pan nuestro de cada día y si compites bien ahí se va a premiar. Eso es meritocracia, el puro espíritu de la competición. El que gane la ACB va a poder competir en algo tan grande como NBA FIBA Europa.P. La idea inicial es que haya franquicias vinculadas a grandes clubes de fútbol, como el Manchester City o el Bayern Múnich. ¿No cree que eso es apostar por algunas ciudades con menor tradición de baloncesto?R. Eso es una reflexión demasiado ligera. El baloncesto es el segundo deporte más practicado en Gran Bretaña. En Mánchester hay un pabellón para 18.000 espectadores a disposición de un nuevo equipo de baloncesto. Hay afición. Lo que no ha habido es un proyecto ambicioso. Si hay inversores que quieren plantar un club es que han visto un nicho de practicantes y aficionados que está por explorar. Es bueno ampliar mercado y llegar a ciudades que sean nuevos focos de atención.P. ¿Qué cree que harán el Real Madrid y el Barça?R. Lo desconozco. Estamos en fase de construcción. Nos gusta que equipos como Asvel y Bayern Múnich hayan mostrado su interés. Es el mejor síntoma de que vuelve a haber ilusión.P. En la última ventana de la FIBA, en noviembre, algunas selecciones han contado con sus jugadores internacionales y otras no. ¿El problema del calendario no se puede solucionar?R. No es todo lo positivo que nos gustaría. En noviembre no se han solapado en el mismo día partidos de la Euroliga y de las selecciones, pero es muy complicado para un jugador estar en todo. Hemos visto el caso de Shengelia, que tiene un compromiso con Georgia que es para enmarcar, pero no está bien que tengan que elegir.P. ¿Qué opina de la marcha de tantos jóvenes formados en las canteras europeas a la Liga universitaria de Estados Unidos?R. Hoy la NCAA no es solo un programa universitario, sino una competición con muchos recursos, tiene otro estatus. La FIBA creó hace un año un grupo de trabajo para encajar todo esto. En España y Francia, por ejemplo, es un problema porque los jugadores se van después de haberse formado en los clubes de origen. En cambio, para otros países es una oportunidad porque los chicos crecen y luego vuelven mejores a las selecciones nacionales. La clave es que el club tenga una compensación para que esa rueda de formar jugadores no deje de funcionar.

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