
El gobernador de Sinaloa Rubén Rocha sigue la senda de su homólogo de Sonora, Alfonso Durazo, y analiza, por estos días, arrancar enero con una serie de ordenes de aprehensión contra funcionarios del gobierno priista de Quirino Ordaz, actual embajador de Claudia Sheinbaum en Madrid. Rocha no acepta el papel de armador político que el embajador está desplegando en la entidad del Pacífico. Desde hace meses Quirino controla los destinos del Verde a nivel estatal. El actual mandatario quiere ir a fondo, según dicen en Culiacán, contra la determinación de Ordaz de haber construido un estadio en Mazatlán para una franquicia de futbol. Cree que ese negocio escondió presuntas irregularidades. El ejemplo de Sonora tiene variadas similitudes. Durazo emprendió diversas investigaciones contra funcionarios del sexenio de Claudia Pavlovich, todo a partir de que, la exgobernadora, ahora embajadora en Panamá, también estaba comenzando a operar de cara a la sucesión de Durazo. El manual de Durazo sería concreto: si un exgobernador se sale de su retiro, es preciso investigarlo, más aún si ese retiro incluye un cargo diplomático otorgado por el actual signo gobernante. Ordaz tomó nota de lo sucedido y por eso operó, ayer martes, un trascendido en “El Universal” donde recuerda que seguirá de embajador de la 4T en Madrid. Rocha, por su parte, cree que ir tras Quirino le puede redituar políticamente porque, cada vez es más evidente, el frente de inseguridad que sacude al estado está lejos de resolverse, a pesar de las incursiones de Omar García Harfuch o la entrega de más recursos federales.
Rocha sigue el consejo de Durazo y quiere investigar el sexenio de Quirino en Sinaloa
Shares:
