La zozobra y el temor se apoderaron de Calamar, municipio clave en el comercio entre el Guaviare y Vaupés, luego del hallazgo de los cuerpos sin vida de los ocho miembros de una congregación cristiana que habrían sido asesinados a sangre fría por el frente ‘Armando Ríos’ de las disidencias de las Farc, liderado por el sanguinario cabecilla conocido como alias de ‘Iván Mordisco’. LEA TAMBIÉN A treinta minutos de donde la Fiscalía, en colaboración con la Fuerza Pública, encontró los cadáveres en días pasados, ayer se manifestaron los pobladores en contra de la violencia. Bajo una tenue llovizna, con rostros acongojados por la pérdida de ocho de los miembros de su comunidad, vestidos de blanco y con pancartas que clamaban por la paz, cientos de calamareños marcharon por las calles de su municipio con un mensaje claro: no quieren seguir haciendo parte de esta narrativa guerrerista que está permeando a la región a causa del recrudecimiento del conflicto armado entre los frentes Primero, en cabeza de ‘Mordisco’, y el Sexto, en cabeza de alias ‘Calarcá Córdoba’.En la manifestación no se hicieron presentes los allegados de las víctimas, quienes se encuentran en Villavicencio, intentando recuperar los cuerpos de sus familiares, así como en Pueblo Seco y en Calamar, manteniendo un perfil bajo para no tener la misma suerte que sus congéneres. Además, EL TIEMPO conoció de fuentes enteradas de la zona que varios miembros de la Junta de Acción Comunal de Pueblo Seco están considerando la posibilidad de renunciar a sus roles de liderazgo para proteger sus vidas.El temor de los familiares de las víctimas de fosa común en Calamar, Guaviare. Foto:SuministradaQuienes sí se hicieron presentes fueron varios líderes sociales y autoridades de la región que hicieron un llamado claro al Gobierno Nacional: requieren del apoyo del Estado. “Hace tres meses pedíamos ayuda al Gobierno y seguimos en incertidumbre. Hoy fueron ellos, el día de mañana puede ser cualquiera de las personas que están marchando”, aseguró el alcalde de Calamar, Farid Castaño. Una declaración similar dio Willy Alejandro Rodríguez, el mandatario local de la capital del Guaviare, San José: “Queremos enviarle un mensaje al Gobierno Nacional: es necesaria la intervención nacional y es necesario buscar mecanismos para enfrentar a esos grupos armados. Hemos solicitado y enviado las alertas correspondientes para que se excluya a la población civil de esta guerra”. LEA TAMBIÉN Y es que el miedo no cesa. Las disidencias siguen haciendo presencia en la vereda. Patrullan en la cabecera municipal, generalmente vestidos de civil, muy pocas veces de camuflado, y siempre están armados. Y su manera de intimidar a la población es por medio de panfletos y cadenas de WhatsApp enviadas a los grupos veredales.Miembros de la comunidad denunciaron que estos grupos armados, particularmente la estructura de ‘Mordisco’, llevan varios meses presos de la paranoia.Aseguran que creen que hay espías entre ellos mismos y que están alerta ante un supuesto ataque venidero del Eln. Precisamente, esa sería la razón detrás de la masacre.La Fiscalía reveló la identidad de las víctimas. Foto:Fiscalía General / MapsLos miembros de la congregación asesinados habían llegado hacía más de cinco años a la región, provenientes de Arauca. Aunque fundamentaron un tejido social sólido y se volvieron parte fundamental de la comunidad, las disidencias habrían sido “mal informadas” por medio de rumores sobre supuestos nexos de los líderes con el Ejército de Liberación Nacional (Eln), lo que los habría llevado a acabar con sus vidas. Así lo sostuvo un familiar de una de las víctimas en entrevista con EL TIEMPO.Carlos López – Redacción JusticiaEnviado especial a Calamar, Guaviare

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