Maurice Ravel defendió la novedad de L’heure espagnole ante su inminente estreno en las páginas del diario L’Intransigeant: “He escrito una ópera bufa que, espero, parecerá de nueva inspiración. Cabe señalar que este género musical no existe en Francia”. Según él, Offenbach escribió parodias operísticas y las operetas de Claude Terrasse “no contienen música que haga reír”. Él aspiraba precisamente a eso: “Quiero que los acordes suenen graciosos, como juegos de palabras”. Más informaciónLo comprendimos el pasado viernes 25 de abril en el Palau de Les Arts, al inicio de esta breve ópera, con ese misterioso mundo sonoro que avanza simultáneamente en diferentes tiempos y tonalidades, pero lleno de destellos humorísticos. Relojes desfasados, sonidos de autómatas con arrastres del trombón y chasquido del látigo, cajas de música evocadas por la celesta con el arpa o un gallo que, según la partitura, debe interpretarse tocando como una trompetilla la caña suelta del sarrusofón, que aquí fue sustituido por el contrafagot. La ópera valenciana conmemora el 150º aniversario de Ravel con una nueva producción de esta infrecuente partitura escénica, estrenada en 1911, que firman Moshe Leiser y Patrice Caurier. Pero se trata de la primera parte de un doble programa que se completa con Gianni Schicchi, la única ópera cómica de Giacomo Puccini extraída de Il trittico y que se estrenó en 1918. Dos títulos coetáneos y perfectamente compatibles, al ser encarnaciones tardías de la ópera bufa, pero también un binomio que no es nuevo, al menos desde que Jean-Louis Martinoty juntó ambos títulos en la Ópera de París en 1985.(De izquierda a derecha): El barítono Armando Noguera, la ‘mezzo’ Eve-Maud Hubeaux, el tenor Mikeldi Atxalandabaso, el tenor Iván Ayón Rivas y el bajo Manuel Fuentes, durante el quinteto final de ‘L’heure espagnole’ de Ravel, en el ensayo pregeneral del 22 de abril en Valencia.Miguel Lorenzo-Mikel Ponce-Les ArtsRavel utilizó como libreto de L’heure espagnole la divertida comedia homónima de Franc-Nohain, cuya trama resume con elocuencia en la referida entrevista: “La mujer del relojero Torquemada en Toledo espera a un amante que es bachiller y, finalmente, por decirlo en pocas palabras, termina entregándose a un arriero”. Y habla de las voces y de su influencia en el estilo declamado que practica: “Aparte del bachiller, que cantará serenatas y cavatinas con una melodía deliberadamente exagerada, los demás papeles darán, supongo, la impresión de ser hablados. Esto es lo que Músorgski quería hacer en El matrimonio de Gogol, que, por cierto, nunca terminó”. También comenta el perfume español de la obra: “He hecho todo lo posible para que mi obra hable español con ritmos de jota, habanera y malagueña”.La dirección musical del joven Michele Spotti renovó el atractivo de su debut en Les Arts hace dos años con Ernani, de Verdi. Sin embargo, el director italiano prefirió una lectura fluida y ordenada de las 21 escenas breves que conforman la ópera de Ravel, frente a la claridad perfumada y embriagadora netamente francesa. Tampoco hizo hincapié en los muchos detalles humorísticos y españoles de la partitura, pero sí dedicó su dirección más inspirada al frente de la siempre excepcional Orquestra de la Comunitat Valenciana a la colorista habanera del quinteto final.La mezzosoprano Eve-Maud Hubeaux encabezó un brillante reparto como Concepción, la narcisista y adúltera esposa del relojero Torquemada. La cantante franco-suiza encarnó un personaje más frustrado que pícaro o seductor, ya que Ravel parodia aquí a la Carmen de Bizet, y alcanzó su mejor momento en el clímax de su frustración: Oh! La pitoyable aventure!, el monólogo de la escena 17. Su declamación en francés fue tan exquisita como la del arriero Ramiro, a cargo del argentino Armando Noguera, un barítono Martin (el mismo tipo vocal del Pelléas de Debussy, del que también es una parodia) que tuvo su mejor momento en la escena 16 con su expresivo monólogo Voilà ce que j’appelle une femme charmante!.El tenor Iván Ayón Rivas, la soprano Marina Monzó (en la cama) y el barítono Ambrogio Maestri (de pie) en la escena final de ‘Gianni Schicchi’ de Puccini, en el ensayo del 22 de abril en el Palau de Les Arts.Miguel Lorenzo-Mikel Ponce-Les ArtsPero las dos voces más interesantes fueron las de los dos amantes. El tenor peruano Iván Ayón Rivas, en el papel del bachiller Gonzalve, supo dotar de entidad musical al lirismo exagerado de Ravel con un timbre ardiente que lució admirablemente en la malagueña Adieu, cellule, adieu, donjon! de la escena 19. En esa misma escena también destacó el bajo alicantino Manuel Fuentes como un robusto banquero Don Íñigo de Gómez, con el lamento Mon oeil anxieux interroge. El reparto se completó con otra convincente actuación del tenor bilbaíno Mikeldi Atxalandabaso, que interpretó a Torquemada y a Gherardo en Gianni Schicchi. De hecho, los tres cantantes hicieron doblete, pues Manuel Fuentes fue también un sólido Betto di Signa en la ópera de Puccini y Iván Ayón Rivas elevó el personaje de Rinuccio con una excelente interpretación de Avete torto!.La pareja de directores de escena francobelga Moshe Leiser y Patrice Caurier optaron por actualizar la trama de ambas óperas sin establecer ningún nexo entre Ravel y Puccini. L’heure espagnole parece ambientada en la década de 1970 gracias a la escenografía de papel pintado de Alain Lagarde, con relojes de pared donde se esconderán los amantes. La única licencia la protagoniza la imagen de un toro que irrumpe en escena para ambientar la historia de Ramiro sobre su tío torero. Sin embargo, todos los personajes y las situaciones de la trama están bien resueltos. La propuesta de trasladar Gianni Schicchi a la habitación de un hospital actual con vistas al Duomo de Florencia es más arriesgada, aunque funciona bien gracias a una mayor atención a la dirección de actores. El vestuario de Agostino Cavalca resulta más imaginativo en Ravel que en Puccini, aunque la iluminación de Christophe Forey para Gianni Schicchi fue menos monótona.La soprano Marina Monzó (sentada en la cama) y el barítono Ambrogio Maestri (sentado en una silla) en ‘Gianni Schicchi’ de Puccini, en el ensayo del pasado 22 de abril en Valencia.Miguel Lorenzo-Mikel Ponce-Les ArtsLa dirección musical de Michele Spotti destacó más en Puccini que en Ravel. El italiano aplica el mismo orden y fluidez, pero ahora se muestra en su líquido elemento con un engarce muy preciso de los motivos de la orquesta y los conjuntos vocales. Acompañó con gusto el momento estelar de la ópera, el aria de Lauretta O mio babbino caro, que cosechó la única interrupción con aplausos de la noche gracias a la exquisita interpretación de la soprano valenciana Marina Monzó. Por cierto, el retrato de este personaje como una joven rebelde en lugar de la “ingénua de voz fresca y sin encanto dramático” que quería Puccini fue un acierto.No obstante, la estrella fue el barítono Ambrogio Maestri. El veterano cantante de Pavía interpretó un Gianni Schicchi tan brillante como repleto de trucos y convirtió Si corre dal notaio, con su magnético foxtrot, en otro de los momentos de la noche. También hay que destacar la presencia de varios cantantes del Centre de Perfeccionament de Les Arts, así como la de un niño cantor de la Escolanía de la Mare de Déu dels Desemparats como Gherardino. Y no podemos olvidar la destacada actuación de dos legendarios cantantes italianos: la mezzosoprano Elena Zilio como Zita y el bajo Giacomo Prestia como Simone.‘L’heure espagnole’ y ‘Gianni Schicchi’Música: Maurice Ravel y Giacomo Puccini.
Libreto: Franc-Nohain y Giovacchino Forzano.
Reparto: Eve-Maud Hubeaux, mezzosoprano (Concepción en L’heure espagnole); Iván Ayón Rivas, tenor (Gonzalve en L’heure espagnole y Rinuccio en Gianni Schicchi); Mikeldi Atxalandabaso, tenor (Torquemada en L’heure espagnole y Gherardo en Gianni Schicchi); Armando Noguera, barítono (Ramiro en L’heure espagnole); Manuel Fuentes (Don Íñigo de Gómez en L’heure espagnole y Betto di Signa en Gianni Schicchi); Ambrogio Maestri, barítono (Gianni Schicchi en Gianni Schicchi); Marina Monzó, soprano (Lauretta en Gianni Schicchi); Elena Zilio, mezzosoprano (Zita en Gianni Schicchi); Giacomo Prestia, bajo (Simone en Gianni Schicchi), entre otros.
Orquestra de la Comunitat Valenciana.
Dirección musical: Michele Spotti.
Dirección de escena: Moshe Leiser & Patrice Caurier.
Palau de Les Arts, 25 de abril. Hasta el 4 de mayo.

Ravel y Puccini comparten risas y parodias en Les Arts | Cultura
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